Pasamos prácticamente toda la semana bajo techo. Trabajemos en el hogar o en oficinas, estamos 8 o más horas al día encerrados entre cuatro paredes. Lo cierto es que entre el ritmo acelerado, el estrés cotidiano, las responsabilidades de cada día es poco el tiempo que pasamos al aire libre. Y los efectos se comienzan a sentir, en nosotros y en nuestros niños y adolescentes, que nos acompañan en ese ritmo, pasando muchas horas entre las paredes de instituciones educativas o incluso en espacios recreativos techados. Estudios recientes en importantes universidades de Reino Unido, Estados Unidos y Japón, están demostrando que pasar tiempo en la naturaleza mejora los síntomas de la depresión y la ansiedad, reduce la fatiga y el cansancio. Craig Chalquist, sicólogo y director del departamento de sicología del Instituto de Estudios Integrales de California, asegura que si se toca la tierra húmeda durante 20 minutos, las bacterias del suelo elevan el estado de ánimo. “El suelo tiene todo...
Blog dedicado a la promoción de una crianza respetuosa y con apego, para el amor y la felicidad, y sin violencia.