Se acerca el momento del parto y comenzó la preguntadera ¿verdad?. En la boca de todos: ¿vas a dar teta?
La lactancia materna es el proceso
mediante el cual un bebé se alimenta
de la leche de su madre. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud
(OMS) la leche materna constituye el alimento universal indicado para los seis
meses de vida de todo bebé, y acompañado de otros alimentos mínimo hasta los
dos años o más, puesto que cubre los requerimientos calóricos e inmunulógicos
en estas edades (OMS, 2017).
La leche materna se adapta en cada momento a las
necesidades energéticas de macro y micronutrientes que requiere un bebé para
crecer y desarrollarse adecuadamente. Además, el proceso permite generar lazos afectivos
sólidos entre mamá y bebé, protegerlos contra cólicos o enfermedades
infecciosas como diarreas y gripes; y favorece el desarrollo biológico y mental
del bebé.
De acuerdo con diversos estudios científicos, se ha podido comprobar que entre sus nutrientes resaltan la taurina, un aminoácido esencial para el desarrollo del cerebro; la lactosa, el azúcar propio de la leche que favorece el desarrollo de la flora intestinal y protege al bebé de ciertos gérmenes responsables de la gastroenteritis; minerales y vitaminas para que el niño o la niña no requiera de ningún aporte suplementario mientras tome pecho; y anticuerpos, en especial la inmunoglobulina (IgA), que cumple principalmente la función de evitar infecciones en vías respiratorias y digestivas. Según la OMS, la lactancia materna reduce la mortalidad infantil y la incidencia de enfermedades infecciosas.
Esto significa que, en circunstancias normales, los bebés no necesitan formulas artificiales para complementar su alimentación.
Por otra parte, está demostrado que el acto de amamantar no solo conlleva grandes ventajas en niños y niñas. También las aprovecha la madre, puesto que, entre otros beneficios, diversos estudios afirman que disminuye el riesgo de sufrir cáncer de mama o de ovarios y la diabetes, también ayuda a recuperar el cuerpo de la recién parida y contribuye a evitar o disminuir la depresión postparto.
Por otra parte, diversos estudios plantean que los escolares alimentados con leche materna suelen tener un mayor coeficiente intelectual que aquellos que contaron con una alimentación artificial.
¿Estás embarazada? ¿Has pensado en la
lactancia como opción? No faltará quien te diga que es difícil al comienzo, lo es. Para algunas más para otras menos, pero siempre valdrá la pena vivir la
experiencia. Déjanos tus dudas y estaremos atentas en ayudarte a resolverlas y apoyarte a darle teta a ese bebé que está por venir.
Fuente: http://fundrogertorne.org/salud-infancia-medio-ambiente/2016/04/25/la-leche-materna-se-adapta-a-las-necesidades-de-cada-etapa-del-bebe/
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