Un hermoso animal que recorre los océanos injustificadamente
da nombre a una macabra experiencia: el juego de” la ballena azul”. Más que un juego es una forma de acoso virtual que puede tener terribles consecuencias. ¿Qué lleva
a un niño o un adolescente a meterse en esta dinámica de 50 días de retos de
autolesiones, humillaciones y agresiones que pueden terminar con su vida? Las razones
pudieran ser muchas, pero sin duda tiene que haber mucha soledad,
vulnerabilidad, miedo y tristeza en la respuesta a esta interrogante.
¿Qué podemos hacer los padres ante una avasallante
participación de nuestros niños y adolescentes en redes sociales, foros, juegos
en línea, que eventualmente pudiera desencadenar su participación en esta fatídica
experiencia?
Te dejamos algunas recomendaciones para que logres evitar
que tus hijos sean vulnerables a esta siniestra dinámica:
- Mantén abiertos los canales de comunicación con tus hijos. Que mamá y papá, la familia entera, sean la primera fuente de información sobre cómo prevenir ser involucrados en este juego u otros similares y cómo actuar.
- Ten absoluta disponibilidad emocional a la hora de escuchar lo que tus hijos quieren contarte. Antes de juzgar, escucha y ten empatía con lo que puede estar afectando la vida de tus pequeños.
- Vive tiempo de calidad con tus hijos. La dinámica de la vida acelerada que vivimos no deja mucho tiempo para compartir en familia, así que aprovecha cada minuto que tengas para crear y consolidar una adecuada cercanía con tus hijos.
- Proporciona a tus hijos oportunidades y herramientas para construir relaciones afectivas significativas con sus iguales.
- Evita conductas y prácticas que aíslen a tus hijos de su entorno de amistades y familiares. No permitas que tus hijos se queden ensimismados en una tablet o en un videojuego en medio de una reunión familiar o encuentro con amigos.
- Da justo valor y reconocimiento a tus hijos, estimula su autoestima, que se sientan amados, respetados y reconocidos en su individualidad, que aprendan a valorar la riqueza de la vida.
- Permanece alerta ante cambios de humor y de conducta de tus hijos adolescentes.
- Evita sobreexponer la imagen de tus hijos en las redes sociales desde muy pequeños, que no vean como “normal” que todos sepan los mayores detalles de su vida.
- Supervisa en qué momento tus hijos van a abrir cuentas en redes sociales. Somos garantes de su protección, podemos decidir –si es con ellos mucho mejor-, cuál es el mejor momento para que abran sus primeras cuentas.
- Una vez que han abierto cuentas en redes sociales, chequea regularmente qué hacen y qué comparten. No se trata de que irrespetar su privacidad, ridiculizarlos o regañarlos en público, pero que sí de que sepan que estás atento al uso que les dan a las redes sociales. Cultiva en ellos el uso responsable de estas formas de interrelación y comunicación.
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