Cuando algún integrante de la familia transgrede o ignora las normas sociales y establece relaciones de poder desiguales contra los demás miembros de la familia, se le llama violencia doméstica o intrafamiliar. Se manifiesta de forma física, psicológica o sexual. También incluye la intimidación, la privación de la libertad o de alimentos, o la aplicación de castigos desproporcionados a las posibles faltas cometidas por niños y/o adolescentes.
La violencia física es la más fácil de detectar porque conlleva la agresión física y genera marcas visibles, ya sean leves o graves. Tiene el agravante que puede ser socialmente aceptada, cuando se valida el castigo físico como forma de disciplinar a los hijos. Cuando se trata de violencia sexual, el tema se complica porque evidentemente dependerá de que la víctima que es un niño, una niña o un adolescente, haga público lo que está ocurriendo en la intimidad del hogar. Y en el caso de la violencia emocional o psicológica, que quizás sean la más común, pero al mismo tiempo puede pasar desapercibida cuando se descalifica, se ridiculiza, se expone o se compara una conducta de un niño o adolescente, el o los agresores no miden las consecuencias de sus acciones, pero vulneran la integridad emocional y moral de los niños o adolescentes agredidos.
El tema es sin duda complejísimo, y lo iremos abordando en distintas entregas. Pero más allá de los temas legales, habla de la forma como una pareja, una familia, decide criar, educar, corregir y disciplinar a los hijos. No obstante, hay un marco legal muy claro de respeto, amor y buen trato hacia los niños y adolescentes que dicta el camino a seguir si se es testigo o víctima de situaciones como las descritas.
Ahora bien, salvo en casos muy notorios, porque se escuchen gritos o discusiones, o se vean las marcas de la violencia física, la gran pregunta es: ¿cómo detectar si un niño, niña o adolescente es víctima o testigo de violencia intrafamiliar? Dejamos un par de señales que consideramos fundamentales para a las que debemos estar atentos:
· Las personas sometidas a situaciones de violencia crónica dentro del hogar, presentan un debilitamiento gradual de sus defensas físicas y psicológicas, que se traduce en un deterioro general de su salud.
· Los niños y adolescentes que son víctimas o testigos de violencia intrafamiliar, frecuentemente presentan trastornos en su rendimiento escolar y problemas de aprendizaje, se vuelven introvertidos y/o agresivos.
Sigue nuestras cuentas (@tienesderechove por Instagram, Facebook y Twitter) para qué sepas a quién recurrir en casos como los descritos y por supuesto, si quieres dejarnos alguna inquietud no sólo puedes dejarnos tus comentarios, sino también puedes hacer una consulta privada y gratuita por nuestro correo: tienesderechovenezuela@gmail.com
*Fuente: Prosalud
La violencia física es la más fácil de detectar porque conlleva la agresión física y genera marcas visibles, ya sean leves o graves. Tiene el agravante que puede ser socialmente aceptada, cuando se valida el castigo físico como forma de disciplinar a los hijos. Cuando se trata de violencia sexual, el tema se complica porque evidentemente dependerá de que la víctima que es un niño, una niña o un adolescente, haga público lo que está ocurriendo en la intimidad del hogar. Y en el caso de la violencia emocional o psicológica, que quizás sean la más común, pero al mismo tiempo puede pasar desapercibida cuando se descalifica, se ridiculiza, se expone o se compara una conducta de un niño o adolescente, el o los agresores no miden las consecuencias de sus acciones, pero vulneran la integridad emocional y moral de los niños o adolescentes agredidos.
El tema es sin duda complejísimo, y lo iremos abordando en distintas entregas. Pero más allá de los temas legales, habla de la forma como una pareja, una familia, decide criar, educar, corregir y disciplinar a los hijos. No obstante, hay un marco legal muy claro de respeto, amor y buen trato hacia los niños y adolescentes que dicta el camino a seguir si se es testigo o víctima de situaciones como las descritas.
Ahora bien, salvo en casos muy notorios, porque se escuchen gritos o discusiones, o se vean las marcas de la violencia física, la gran pregunta es: ¿cómo detectar si un niño, niña o adolescente es víctima o testigo de violencia intrafamiliar? Dejamos un par de señales que consideramos fundamentales para a las que debemos estar atentos:
· Las personas sometidas a situaciones de violencia crónica dentro del hogar, presentan un debilitamiento gradual de sus defensas físicas y psicológicas, que se traduce en un deterioro general de su salud.
· Los niños y adolescentes que son víctimas o testigos de violencia intrafamiliar, frecuentemente presentan trastornos en su rendimiento escolar y problemas de aprendizaje, se vuelven introvertidos y/o agresivos.
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